Libros que envejecen mal: Marguerite Durás.

Son días un poco raros. Son días de lluvia o más bien de amenaza de lluvia que descarga luego como en oleadas.

En Madrid casi nunca llueve manso. He visto llover manso en la Sierra, y en el pueblo donde iba de pequeña, en el otoño. Pero en Madrid suele llover a tirones. Se va cargando el cielo, ennegreciéndose, plomizeando, luego se suceden unos minutos de suspensión del aire, de detención del viento y, de forma repentina empieza a caer una lluvia airada, acompañada a menudo de viento, que arrastra hojas y levanta papeles del suelo-Madrid no es ciudad limpia- .

Una vez que descarga, el día en Madrid no suele quedarse en gris, sino que sale un sol tan enfadado como la lluvia, que golpea los charcos queriéndose beberlos de una vez.

En esos días estamos. Y mientras, como el tiempo anda revuelto, lo que llamamos aquí “en arrebolada”, yo ando con inicio de estornudos, dolor de garganta y la artrosis bailando. Y con todo eso, leo algunas cosas interesantes, que tengo a medias, la biografía de Dickens, que va para largo, y El Amante, de Margarita Durás que lo compré en edición vieja por tres euros, con traducción de Ana María Moix.

¡Cómo envejecen los libros a veces!…éste, el de la Durás, tiene una patina de anacronismo que causa ternura. En su día fue un acontecimiento, una transgresión; hoy es apenas una autobiografía novelada de una mujer que intentaba deshacerse de tabúes sexuales. Ha llovido desde entonces tanto que, a la Durás la llamarían antigualla si la leyeran los jóvenes de hoy. Pero en esos años estaba de moda este estilo de literatura femenina; que más bien se escribía con función de escandalizar mojigatos que con intención de escribir un buen libro; y no digo que éste no lo sea, sólo que se ha quedado en lo que fue; algo coyuntural. Lo acabaré, claro; igual que acabarán estos días raros, indecisos, y, supongo, mi dolor de garganta y mis estornudos.

 

 

Acerca de alenar

Alena Collar. Periodista. Escritora. Madrileña.
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Una respuesta a Libros que envejecen mal: Marguerite Durás.

  1. La lucha del escritor por perdurar o por conformarse con ser testigo de su tiempo o de su biografía. Nunca se sabe, pero, en realidad, la mayoría somos como esa lluvia repentina, un poco violenta y pasajera, tanto que el sol se la bebe de un rayo.

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