Mi año 2012

Se estila lo de hacer resumen del año, y se aprovecha, digo en general, para hacer una ristra de ajos, digo de quejas. Parecería que cada fin de año hay que ajustar cuentas y con –a mi modo de ver- una solemnidad excesiva y el semblante muy serio se pone la gente a decir todo lo malísimamente que le ha tratado la vida.

Servidora de nadie se niega. No lo hice ni en el dos mil seis y hubiera tenido más razón que un santo, pero yo soy de las que opina que de todo lo malo siempre sale algo bueno, y que las quejas son un puritito aburrimiento; para el quejoso y para quien las recibe.

También se estila dar un repasito al mundo y decir que el mundo es un asco. Digo yo que, después de descubrir la pólvora quien lo dice se meterá debajo de la cama a llorar por el mundo.

Perdonen el tono, pero es que ese estilo no va conmigo.

Mi año ha sido bueno. Así de claro. He tenido disgustos y pérdidas de gente a la que siempre echaré de menos, porque fueron para mí personas de mi corazón; pero siempre las llevaré conmigo y así no morirán del todo, mientras las recuerde, mientras las mantenga en mi memoria. Por eso digo aquí otra vez sus nombres: Luis Fernando y Manoli, allá donde estéis lleváis la luz que me dejasteis cuando yo estaba en lo oscuro.

 

 

He tenido…bueno, me estoy riendo porque iba a decir “he tenido mala salud”, y digo yo que la cosa como no es nueva pues tampoco habría que ponerse seria…la artrosis me da la lata, la boca me da la murga y los oídos de vez en cuando se alborotan; pero llevo así desde que nací, así que  ni es para tanto ni habría que lanzar jipidos…y además, eso no me ha impedido hacer un montón de cosas que me divierten muchísimo.

 

Y me lo he pasado pipa, cañón, guay del Paraguay, dabuti, haciendo lo que me gusta: he ido a un montonazo de sitios del mundo que es más mío, de arte y literatura, he estado en presentaciones, en exposiciones, he leído libros, escuchado música, he escrito una novela que anda visitando editoriales a ver si alguien tiene a bien volverse majareta y publicármela- en cuyo caso la que se volverá majareta seré yo-, he empezado otra-novela, digo- que va a ser “ la caña” – no es por presumir-, he escrito cuentos, he leído mis cuentos, he conocido a un montón de gente encantadora, amable, divertida e inteligente.

He seguido con las Revistas, que gracias a la gente, los que colaboran y los lectores, van cada vez mejor…

Tengo amigos que me quieren, familia que me cuida, una barbaridad de proyectos por conseguir, de sueños por conquistar. Y sobre todo, tengo el recuerdo de quien fui, de dónde vengo,  y dónde estoy.

No les extrañe que diga que ha sido un buen año.

Y porfa; los agoreros que me vayan a decir que las focas del ártico lo pasan muy mal, que el calentamiento global es horrible y que el clima político es desastroso, se me abstengan; ya lo sé.

Pero a mí me ha ido bien. Y me encanta.