He estado en la presentación del libro de Inmaculada de la Fuente, “Mujeres de la posguerra”, editado por Silex editorial. La propia editorial en una nota que la ennoblece-porque no es habitual decirlo- explica en la guarda del libro que “ es una versión ampliada y mejorada de la publicada por primera vez con ese titulo en 2002 por la editorial Planeta”. Por lo que la he ido leyendo , la autora había podido en esta ocasión, aparte de ampliar la primera versión, poner la portada que realmente deseaba, con Laforet, Gaite y Matute en la imagen.
El acto era en La Fábrica, una librería multi uso. Es decir, que no sólo es librería sino centro de exposiciones y varias cosas más.
Lo presentaron la editora de Silex : Cristina Pineda, Mariana Artero, y Miguel Ángel Delgado La presentación empezó con un resumen del libro, que hizo la autora, explicando su interés por las escritoras de posguerra, sus relaciones entre ellas y además cómo ese estudio lleva a ampliar el campo de escritoras, con artistas de otro ámbito, como Maruja Mallo, así como que el libro se centra en tres momentos: las creadoras de los años cuarenta, las de los cincuenta y las creadoras del exilio. A mí me interesó especialmente el acercamiento que hizo en el pequeño resumen y después en el coloquio a Carmen Laforet y a Rosa Chacel. Quizá porque entendí que apuntaba a que ambas cada una por distinta razón son casos especiales: Laforet porque después de “Nada” aunque siguió escribiendo diluyó su posibilidad de ser conocida, y Chacel por el ninguneo al que fue sometida, incluso después de regresar a España.
Habló de los cuentos de Laforet, y de los de Ana María Matute, como focos de luz para entender la España de cada tiempo en el que se escribieron, y me pareció muy interesante la analogía. Y mencionó también el caso de Mercedes Formica- de quien yo leí las Memorias, editadas por Renacimiento en 2013 y que me dio bastante grima al leerlo, tengo reseña muy negativa sobre él- explicando algo de su contradicción ideológica. Interesante y curioso personaje.
Ha sido una presentación amena; salgo de ella con el libro bajo el brazo, y con ganas de charlar más con Inmaculada sobre estos temas.