La Gaite y la crítica literaria actual.

Estoy leyendo hace días y seguiré durante días el volumen de la Gaite de artículos, ensayos, conferencias. Pero no quería hablar en plan reseña sino de algo que estaba pensando ayer según leía; ese espíritu de libertad de crítica que hay en lo que escribe.

Esa libertad de decir lo que le gusta y lo que no le gusta de libros que reseñaba, esa manera de no casarse con nadie. Estaba pensando cuánto se echa de menos –o por lo menos yo- esa libertad del reseñista. Claro que dudo que a la Gaite hubiera alguien que le dijera cómo tenía que escribir, en qué sentido elogioso o crítico: no se hubiera dejado. Al hilo de eso pensaba cómo hemos empeorado en la crítica desde entonces; no solo era la Gaite sino otros reseñistas los que ejercían esa crítica real por entonces. Hoy no leemos críticas: leemos loas e hipérboles o mandobles. ¿Cómo nos vamos a creer al reseñista sabiendo que ciertas editoriales son accionistas de los periódicos donde salen las reseñas?…
Me estoy riendo muchísimo con ella , es un soplo de agua fresca aunque sea a tiempo pasado. La inteligencia crítica, la ironía, la sinceridad del me aburre, me carga, o ha metido la pata.
Qué faltan nos hacen Gaites…hoy las reseñas son en un noventa por cien- sálvese quien pueda- o publicidad encubierta o encargo del “a este/a palo y mandoble”, ambos casos por encargo.
Así nos va. Ir a un medio es ya saber a quién van a poner por las nubes y a quién van a ningunear. Da grima asistir a ciertos empalagos sobre obras que no resisten un análisis literario serio. El tributo a la empresa que paga. Pero da a veces más grima cuando no hay pago por medio, o el pago en casi simbólico y tenemos que asistir a las aplausos vacíos: cuánta “obra revelación”, cuanta novela o relatos “ el mejor de su época”, cuánta “ fascinación ante su mundo original e intransferible”.
Y por el otro lado los ninguneos, la reseña de cinco líneas o el mero corta y pega del dossier de prensa de la editorial. Ahora los críticos tibios lo tienen sencillo: reelaboran ese dossier y lo largan. Y así, web, blog que presumen de independientes.
Leo a la Gaite y me entra sarpullido de leer después a cualquiera de nuestros más preclaros botafumeiros ejerciendo su labor de lacayos bajo la excusa de «es que si no, pierdo el empleo».
Así nos va a todos.

Acerca de alenar

Alena Collar. Periodista. Escritora. Madrileña.
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Una respuesta a La Gaite y la crítica literaria actual.

  1. Y todo con el mismo y único afán. No se trata de valorar y orientar acerca de algo al lector, sino de vender, vender, vender, vender, vender…

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