Adrienne Monnier: un mundo que desaparece.

 Termino ayer Rue de L´Odeon, de Adrienne Monnier. Librera, editora, creadora de un gabinete de lectura en su librería en la década de los 30. Temperamental, cultísima y sobre todo promotora e impulsora cultural de autores que entonces no eran muy conocidos.

El libro, que es muy ameno y muy divertido, se compone de diversos recuerdos de su vida. Por él pasan gentes como Valery, Larbaud, Fargue, Gide, y pasan anécdotas, claro, pero sobre todo pasa un tono de forma de ver las librerías, los libros, la relación con el público que hoy casi no existe. Una manera de estimular y ayudar que ya quisiéramos existiera. Hay una anécdota de no se qué escritor que le dice que no entiende que no le tenga a él en su escaparate porque él “se vende como pan bendito” y el otro-Valery- creo recordar- no, y su respuesta es de antología: “precisamente por eso”, viene a decirle.

Ya quisiéramos. Suspiraba yo al leerla…

Si lo leen se van a divertir, incluso quienes no tengan un interés especial por los entresijos de las librerías; porque no sólo habla de eso; por ejemplo hace una narración de la primera vez que viajó sola a Londres, que es una delicia. Y cuando cuenta que la primera venta que hizo se puso tan nerviosa que la clienta al final estaba más preocupada que ella causa una enorme ternura.

Léanlo. Merece la pena.