Defensa de la crítica literaria independiente.

Mi amigo Miguel Baquero comenta ayer en Facebook que no entiende del todo que si se tiene un blog se haga crítica de los libros super conocidos y no de los desconocidos.

Y yo, entendiendo porqué lo dice, no estoy de acuerdo con él. Y vamos a ver si me explico: Baquero tiene razón cuando dice que a un escritor “famoso” ni le da ni le quita una crítica de un blog modesto, y que, sin embargo a un autor poco  o nada conocido le puede aportar un par de lectores más. El problema no está a mi modo de ver en eso, sino en la concepción de base.  En el para qué o porqué se critica un libro en un blog.

Y ahí disentimos. O disiento yo personalmente, y seguro que Miguel, conociéndome, me va a entender de sobra.

Yo no critico para. Critico porque. Porque me gusta o me disgusta un libro y quiero contarlo a mis lectores. Sean muchos o pocos. Me trae al fresco que el autor me dé las gracias o le importe una breva. Si me lo agradece considero que es una gentileza, si no lo hace pienso que es lo habitual en este mundo de la literatura, donde parece que elogiar algo es lo que se debe hacer aunque el libro sea un infumable, o si no callarte.

El asunto es que a mí no me da la gana callarme. Ni si estoy leyendo a un desconocido ni si estoy leyendo a un superventas. Es cierto que soy muchísimo más generosa con quien como yo forma parte del batallón de los corredores de fondo que, nunca llegaremos a la meta, o casi nunca, pero de ahí a decir que porqué comentamos a los superventas hay un abismo. Como lo hay en pensar que todo escritor desconocido por el hecho de serlo es un candidato a la gloria literaria. Hay desconocidos que han publicado infumables estupendos.

Luis Mateo Díez, Ana María Matute, Andrés Trapiello, son parte de mis lecturas habituales y me gustan. Y lo diré cada vez que suceda igual que si escriben lo que para mí es un bodrio lo diré también. Aunque ni lo necesiten ni les importe una carajada. Yo no hago crítica para gustar, ni para que se conozca a Todos los desconocidos autores/as: entre otras cosas porque el elogio de lo malo –que lo hay en unos y en otros- solo sirve a los abrazafarolas, al aplausómetro y a la desinformación.

Tengo muchísimo aprecio a Miguel Baquero, pero no me gusta pero nada que me expliquen quienes son políticamente correctos y quienes no, en la literatura. Y ayer tuve la sensación de que algún nuevo Gurú rondaba cerca de mí.

 

Acerca de alenar

Alena Collar. Periodista. Escritora. Madrileña.
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4 respuestas a Defensa de la crítica literaria independiente.

  1. Rosana dijo:

    En eso creo, y ese tipo de crítica es la que busco en blogs y revistas. La crítica independiente, que desde luego no encuentro en casi ningún suplemento cultural, hay excepciones eso sí, y sí que encuentro de vez en cuando en I.nternet.

    Saludos doña

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  2. Hola! Estoy de acuerdo contigo en lo principal: creo que en un blog de libros se debe de comentar los libros que se leen. Y en los gustos literarios de cada bloguero puede caber de todo: autores y libros conocidos y conocidísimos y también autores y libros menos conocidos e incluso desconocidos. Dependerá única y exclusivamente de quien lee y lo cuenta. Aunque yo agradezco cuando me descubren libros más desconocidos, también valoro un buen comentario de un libro conocidísimo para saber a qué atenerme. Todo es información. Y todo es subjetivo.

    Saludos!

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  3. mariluzgh dijo:

    Totalmente de acuerdo. Sobre todo porque el blog es un espacio personal donde cada cual escribe sobre lo que quiere, cuando quiere y como quiere. Si yo en mi blog no puedo decir qué libro me gusta/disgusta ¡apaga y vámonos! y por supuesto que a quien no le guste que no vuelva.

    Personalmente no soporto al tan cacareado Dan Brown y he llegado a escuchar llamarme inculta… pero es lo que yo digo, el libro de los gustos está en blanco y en mi casa/blog leo lo que me sale del bolo, que diría noséquiénlodijo.

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  4. alenar dijo:

    Hasta el punto de que guardar a veces un piadosísimo silencio sobre algún infumable, se entiende como falta de sensibilidad. En adelante, dado que me va a dar igual-el que quiere mal entender, mal entiende comentes o no- no guardaré ese silencio: cosa que aprovecho para avisar.

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