Trapiello y la distribución editorial.

Ando leyendo al muy conocido Trapiello; cometiendo por tanto una falta de sensibilidad hacia algún desconocido, y encuentro una reflexión del año 2004, porque de esa época es su último salón de pasos perdidos, que me hace pensar.

Viene a defender en cuestión de libros que haya mas trato directo; es decir, que se salten la etapa de distribución y que las editoriales pongan directamente los libros a disposición de los lectores. Habla, escribe, sobre las futuras ventajas de Internet en este sentido.

Es una pena ver cómo se equivocó. Porque casi diez años después ese sistema, que efectivamente existe, no está llevando ni a vender más, ni a que se conozcan a más autores desconocidos. En Amazon, por ejemplo, donde casi todo el mundo ha subido directamente su libro, siguen vendiendo aquellos que son conocidos en papel, y que poseen distribución.

Claro que hay algunos casos, mínimos, en los que no; eso sí, precedidos de un marketing que para qué las prisas. O sea, lo de siempre.

Las librerías de siempre siguen como hace diez años, vendiendo en sus baldas a los de siempre. Y el resto- es decir, todos nosotros- seguimos intentando dejar de ser invisibles en caminos alternativos. Pero ni una sola de las “grandes editoriales” ha perdido lectores porque algún majareta se haya saltado el paso de la distribución. Mañana anuncian en papel a Dan Brown y antes de salir ya tiene doscientos mil presuntos compradores. Y ya está acordada la distribución. Mañana publica un desconocido de nosotros y –sin distribución- vende diez ejemplares en la librería amiga, cuarenta en la Biblioteca cultural de un conocido donde presenta a los cuatro días y, si acaso, treinta más en un bolo ad hoc.

No creo en el paso de saltarse la distribución: creo que es un recurso. Un recurso al que no hay más remedio que acudir, naturalmente, porque el sector del libro sigue en manos de unas cuantas empresas y sanseacabó, y porque los lectores en general, los lectores comunes, solo se enteran de que existe un libro si lo ven, visible y tangible, en una librería. Es decir, que mi amigo o el suyo, puede saber que usted o yo hemos publicado e ir a comprarnos el libro porque es amigo, pero el lector que no nos conoce de nada, no comprará nunca nuestro libro si no se le da la ocasión de verlo en las librerías. Porque él no sabe que existimos.

Puede jorobar, pero es lo que hay. No sé qué opinan ustedes.

Acerca de alenar

Alena Collar. Periodista. Escritora. Madrileña.
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4 respuestas a Trapiello y la distribución editorial.

  1. Pues que vamos a opinar corazón… pues lo mismo que tú, y además mejor no lo vamos a decir… ¡¡Razón tienes!!

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  2. Emma Rosa dijo:

    Ups, no seré yo quien te-os lleve la contraria que de eso sabéis más que una menda que nunca ha publicado en solitario…

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  3. alenar dijo:

    Pues verás, Emma, tu respuesta me viene muy bien, y me explicaré. Al decir que no has publicado en solitario, recuerdo las Antologías del Grupo Sensibilidades que publicamos y lo recuerdo por el siguiente motivo; yo ahora voy a publicar en una Antología titulada Cosecha de Verano, que dirige Amelia Diaz Benlliure. Y he pasado de unas Antologías que se autofagocitaban: es decir, los autores se compraban unos a otros y no existía en la práctica la menor difusión, a una en la que, siendo verdad que los autores compramos-si queremos, es decir que es voluntario- SÍ se publicitan, SÍ hay marketing y SÍ se intenta distribuir aunque sea en pequeñito. Para mí, el hecho de publicar un libro es inútil -si lo que se quiere es que se lea- si no existe distribución en librerías: aunque sean cuatro. Es cierto que eso no existirá si no se ocupa uno de que en las librerías te vayan conociendo, y si no se tiene al menos una mínima red de contactos que puedan distribuir. Tú y yo sabemos muy bien que, por mucho que nos gustaran aquellas antologías, los libros NO se distribuyeron nunca salvo entre nosotros, la familia y cuatro amiguetes.
    Y cuando hablo de distribución me refiero a ese sueño de Trapiello que se ha demostrado falso: Trapiello creía que saltarse al distribuidor era poder acceder más rápido al lector: lo cual sigue siendo una utopía. Si te saltas al que distribuye, o vas tú a distribuir o no te conoce ni el Tato. Ahora la red está llena de e-book, que tienen los mismos lectores que tiene una editorial sin distribución: cuatro amigos solidarios. Simplemente porque el distribuidor es el que se ocupa de que el material llegue a las librerías.
    Daría para largo el tema. Invito a aportar a quien quiera.

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  4. No sé a qué tipo de distribución se refiere Trapiello. Lo que sí puedo decir -por experiencia propia- es que las distribuidoras profesionales son una parte notable en el precio del libro. Y no baladí. A alguien le llegaron a pedir el 40% del precio del libro. Pero tienes razón en lo fundamental sin distribución la obra no existe.
    Otra cosa diferente es el caso de Amelia u otros que podemos tener en mente, en los que editorial y distribuición coinciden. Esto sólo se puede hacer cuando el volumen no es muy grande y se pueden usar los servicios de correos.
    Ya digo no sé si Trapiello se refería al puro concepto de distribución, en cuyo caso estoy total y absolutamente de acuerdo contigo. Ahora bien si se refiere a intentar limitar lo que las grandes distribuidoras hacen, entonces es una lástima que se haya equivocado. De hecho tanto se ha equivocado para nuestra desgracia que las grandísimas editoriales imponen sus precios a las distribuidoras; pero también imponen los plazos, con lo que algunas librerías tienen la sensación de estar trabajando para las editoriales todo el día.

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