Lecturas de Marga Clark y Jesús Esnaola

Les dejo alguna crítica de los libros leídos en la sierra. Por orden Marga Clark, Luzernario, y  Los años de lluvia de Jesús Esnaola  Otro día les cuento de Doris Lessing.

Luzernario, es un poemario de Marga Clark dividido en dos partes. Luminosa oscuridad y Oscura luminosidad. Es precisamente eso, una contraposición en paradoja de lo que la luz y la sombra tienen de su cara opuesta.

Naturalmente se trataría de que la luz no ciegue y la sombra no resplandezca. Solo que no es tan fácil porque para Clark llegar al fondo de la sombra es hallar la luz; es decir, el centro, el núcleo, hay toda una tradición mística y sufí en esto.

Este es el “programa de mano” por así decir. Ahora bien, leyendo los poemas, la búsqueda a mí se me antoja llena de perlas; aunque no se llegue al final del viaje, que es en general lo que nos sucede a todos. Quiero decir que el poemario está lleno de hallazgos, de lirismo, de encuentros felices entre lo que se quiere decir y lo que se dice:

 

“Como los pétalos se deshojan inertes

sobre la indolente hierba

así caerá la muerte exhausta

sobre mi existencia”.  

 

Poema de una belleza deslumbrante, a mi parecer.

 

“Todo es luz

No hay espacio para las sombras

El resplandor me hiere

Me ciega.

La noche se suicida en el rincón doliente del alba”.

 

El sendero de las sombras, en Clark, siempre es un temor al resplandor hecho caos. El resplandor, lo hallado o lo nítido, puede, por pleno, aturdir. Cegarnos. Y en esa lucha se mantiene este poemario; de poemas cortos, conseguido ritmo interno y con una bellísima armonía melódica que va dejando su música en nosotros.

 

 

Los años de lluvia. Jesús Esnaola.

 

 

¿Me gustan los años de lluvia, de Jesús Esnaola?…ya adelanto que sí, y mucho, y también adelanto que quisiera hacer alguna matización, porque en ocasiones tengo sentimientos contrapuestos.

En el libro –de micro relatos- hay textos magníficos, “ellas”, “costumbre”, “Duvú” “ intimidad”, “self service”, por citar algunos de la primera parte llamada genéricamente Un Vago Secreto, o de la segunda ( El Tiempo de Papel), “la mesilla”, “destrucción”, “el chubasquero”, “Laurita”, “soledad”, o “sos”.

 

En todos los relatos hay un elemento insólito que golpea al no avisado lector para instaurar una nueva realidad dentro de una pretendida situación en teoría anodina. Todo ello se presenta con un muy elaborado y escogido lenguaje y con una estructura muy definida de presentación, breve desarrollo y final abierto.

 

El tono general del libro es de sobriedad narrativa; es decir que no hay elementos que jueguen a manipular al lector obteniendo así el resultado deseado de sorprender: todo lo que se escribe-y lo que “no” se escribe- está en función del relato, con lo que el lector evidentemente se sorprenderá, pero no porque le “engañe” el autor, sino por la coherencia del propio texto.

 

Sí, me gustan los años de lluvia de Jesús Esnaola, y mucho, creo que es una narrativa sólida, de peso y con perspectivas, y a la vez, quiero ahora hacer esas matizaciones que decía.

Porque Esnaola – bien es verdad que en muy pocos relatos- en el afán de simplemente presentar el texto sin aderezos, transmite a veces cierta confusión al lector. Es decir, que yo, como lectora no termino de saber si “el relato es así” o debo interpretar algo más que se me escapa.

Esto me ha sucedido con dos o tres relatos del segundo bloque, que también añado me parece de un nivel algo inferior al primero- , por ejemplo con “lentejas” que, para mí es un relato fallido, con “derecho canónico” que me resultó confuso en su planteamiento, o con “drama urbano”, que me pareció tiene un final  en falso, como si hubiera que terminar el relato de un modo más o menos amable.

Esto no le quita un ápice de calidad al libro, que para mí es excelente y merecedor de una muy atenta lectura y disfrute; pero sí quizá hubiera admitido alguna exigencia mayor en algunos textos, o una selección alternativa.

A pesar de esas matizaciones, de detalle, nada más, el libro es para sentarse y releer.

 

Acerca de alenar

Alena Collar. Periodista. Escritora. Madrileña.
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