Amando Carabias. » Los andamios de los pájaros».

Amando Carabias acaba de publicar su poemario Los andamios de los pájaros, en la editorial La Isla de Siltolá.

El poemario, según cuenta su autor en el libro nace de la exposición del pintor Mariano Carabias, su hermano, titulada Tocar el humo, que se llevó a cabo en el otoño del 2010.

El poemario está dividido en cinco secciones.

Amando nos cuenta en una breve nota que quiso tomando las palabras de su hermano transitar por el viaje de los gestos repetidos en los rostros de los seres humanos. No cito literalmente.

El poemario es un viaje, efectivamente, a través de una forma muy elaborada, tanto en verso como en prosa. Y aquí debo señalar que Amando Carabias sí sabe la diferencia entre ambos géneros. Su verso pertenece a la tradición clásica, domina el endecasílabo, el heptasílabo, la melodía y el ritmo interno. Son versos que se deslizan de modo natural y que llevan al lector a una lectura sencilla. A pesar de una tendencia al culturalismo lingüístico que es posible que choque a un lector de hoy. Añado que bien venido sea, por otra parte ese rescate del idioma.

Los temas del poemario, con el tema central del regreso, por así decir, de las actitudes humanas a través de los siglos, están puntuados por dos tradiciones clarísimas: la bíblica y la grecolatina. En Nereida, por ejemplo, en que contrapone la visión clásica del mito de Jasón el argonauta con el propio viaje del poeta. O en Allá en la paradoja de los cuerpos, en  el que el  cuadro “madonna”, le sirve para crear un futuro de esperanza a través de la mirada bondadosa de la imagen.

Subjetivamente a mí me han interesado mucho más las secciones III, IV y V. Más apegadas al mundo que vivimos, más por así decir, con los pies en la tierra. Magnífico el poema Al sur aquieta el mar, o Sueño de una noche de verano. Las dos primeras, teniendo una calidad formal incontestable, a mí me quedan muy lejanas.

Me ha interesado además la incursión en la prosa de Amando Carabias; con textos de lo que se suele llamar “prosa poética”; son textos de una elegancia, sobriedad y lirismo enorme.

He encontrado en este libro temas muy evidentes en la ya dilatada escritura de este autor; la preocupación por la sinrazón humana, la angustia teñida de esperanza, una constatación de lo eterno de las actitudes humanas, tanto en lo positivo como en lo negativo.

Quizá, y esto es muy subjetivo, le lastra el nacer de una exposición concreta: es decir; la unidad formal del poemario se basa en ella, y quienes no conocen ésta no van a encontrar esa unidad.

Creo que es un buen libro, recomendable, que ofrece una forma de mirar el mundo y también ofrece andamios para los pájaros que necesitan reposo.