Muchos Trigos.

Ha llegado el fin de semana de la quincena con tormenta. Justo cuando muchos de los madrileños se van o regresan; que parece mentira pero estamos el lunes a quince.

En este momento, por eso de darles sabor local o color costumbrista que dicen los que saben, anda tronando y añado yo que ya era hora, que la calorina de ayer y hoy ha sido para llorar un ratito.

El caso es que mientras parece que los elementos se desatan- oigan, qué frase tan bonita-, la gente se marcha o regresa. Ganas me dan con mi querido Christen de decir lo de yo no me marcho…que me pasa lo que a el, que me gusta donde vivo.

Pero iba yo diciendo que ya ha mediado el mes. Ese que nos parece tan largo; porque ¿ustedes no ven el verano como algo larguísimo?…quizá es cosa mía, pero en cuanto llega junio me pongo yo con lo de “y ahora el verano”, y, caramba, parece una cosa interminable…

Y sin pensarlo, sin embargo estamos a quince-el lunes-. Es decir, que dentro de  dos semanas estamos en septiembre y empezarán los del tiempo a decir eso de “chubascos ocasionales”.

Una se queda un poco así…digo, de ver el tiempo irse, una-debe ser la tormenta- se pone nostálgica y tontorrona y hasta sentimental cuando ve un paraguas, y piensa en otros veranos, en otras lluvias, en otros agosto, y en otros otoños y se mira de reojo al espejo…

Han crecido muchos trigos sobre estas manos.