Menéndez Salmón: «Medusa». El rostro del Mal.

Cuando he terminado de leer este libro me he encontrado pensando en el rostro a menudo tan anodino que tiene el Mal.

Acabo de terminar Medusa, de Ricardo Menéndez Salmón. Un escritor del que ya disfruté otro libro hace meses.

Medusa es una metáfora de cómo se puede retratar o convivir o asentir al Mal sin juzgarse por ello.

El autor se inventa para ello a un artista-fotógrafo, cineasta y pintor- que atraviesa el siglo XX retratando el mal, las grandes catástrofes del siglo XX, y que, sin embargo no se siente implicado en aquello que retrata.

Lo paradójico de la novela es que el personaje es profundamente humano.

Menéndez Salmón ha escrito un bellísimo libro, lleno de sensibilidad y también acusatorio; aunque esto último entre líneas. Con un lenguaje sobrio, elegante, sugestivo, con un pulso de interés que no decae en todo el relato y, él sí, con una enorme comprensión ante el dolor ajeno. A la vez, ha creado un personaje de una pieza; misterioso, escurridizo, fugitivo de sí mismo, quizá no agradable, quizá en ocasiones repulsivo, pero profundamente humano. No les voy a destrozar el final, pero la humanidad de Prohaska aparece sí; en las últimas líneas del libro.

Creo que merece mucho la pena que lo lean.