La Décima.

Ayer ganó el Real Madrid la Décima. Es decir, la Copa de Europa.

El Madrid jugó una mala primera parte. No se enteró de qué iba la fiesta, y el gol del Atleti vino precedido de un error garrafal de Casillas.

El Madrid empezó a jugar bien cuando salieron Isco y Marcelo.

Foto tomada de El País.

El Atleti jugó bien aunque un poco embarullado el primer tiempo y los primeros quince minutos de la segunda parte. Atascando al Madrid, que ni encontró su juego ni tenía ideas.

Simeone se equivocó poniendo a Costa porque a los ocho minutos se tuvo que retirar y en una Final tienes que saber que puedes necesitar hacer tres cambios en la segunda parte. Si pierdes uno por la tozudez de Costa en jugar arriesgas demasiado. Pepe, en el Madrid, no jugó por eso.

El árbitro le perdonó la roja a algún atlético que pensó que Di María está más guapo  con el tobillo roto y un penalti a favor del Madrid que interpretó como mano involuntaria. Y permitió pérdidas de tiempo; lógicas pérdidas de tiempo cuando vas ganando. Yo también hubiera perdido tiempo si hubiera sido al contrario. Descontó cinco minutos: cambios y pérdidas de tiempo. Lo normal quizá hubieran sido tres. El gol del Madrid que daba paso a la prórroga fue en el minuto 2, 52. En la segunda parte antes de la prórroga el Madrid encerró al Atleti en el área. Éstos no salieron apenas y simplemente daban pelotazos.

La prórroga no tuvo historia. El Atleti estaba muerto físicamente, agotados los cambios y con jugadores al límite; calambres, etc. El Madrid aprovecho dos jugadores que estaban mucho más frescos y la prórroga fue un recital.

Sobró la grosería de Varane y la chulería de la celebración de Ronaldo.

Esta es mi visión personal y subjetiva del partido de ayer. La pongo aquí, y me evito las lindezas que he tenido que leer de algún representante de Cro Magnon por las redes sociales.

¡Hasta el final, vamos Real!…